¡El hizo todas las cosas para que le glorificaran y todas las cosas
fueron creadas para alabar al Señor! Como un mar sonoro, ¡la espléndida
Creación de Dios vibra y palpita de forma maravillosa con sonidos vivos!
"¡Toda la naturaleza canta a Cristo, nuestro Rey!" ¡Las mismas
piedras, prácticamente, le cantan al Señor entonando sus alabanzas! ¡Aun las
criaturitas más viles y feas pueden alabar al Señor y cantar alabanzas a Jesús!
¡Aun las criaturas más bajas y despreciables pueden levantar la voz en cántico!
¡Toda Su Creación Le alaba, todos entonan sus alabanzas!
¡Hasta las ranas Le alaban! ¡Cuando se juntan
todas cantan alegres con bellos sonidos! Así pues, aunque no seas sino una
pobre rana, ¡puedes hacer lo mejor posible por el Señor! Aunque seas feo,
pequeño y despreciable, ¡de todos modos puedes glorificar a Dios! ¡Aunque seas
una rana puedes hacer cantar alegre al Señor!
Por eso, aunque creas que no sabes cantar,
puedes levantar la voz y alabar al Señor, ¡como las ranas! Aunque solo sepas
croar por Jesús, ¡por lo menos puedes cantar alegre al Señor!
"¡Todo lo que respira alabe al Señor!
¡Aleluya!" (Sal.150:6)
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